Rafael Pérez Contel

Exposición

Rafael Pérez Contel (Villar del Arzobispo, Valencia, 1909-Valencia, 1990) es un singular exponente de la aventura creadora forjada en el ámbito valenciano. A través de su aportación artística –al compás de su trayectoria vital– se penetra en las más nodales cuestiones culturales y sociopolíticas, desde los tiempos finales del primorriverismo y la arribada republicana, siguiendo con la guerra civil, el franquismo y los primeros trechos de la recién estrenada democracia. Pérez Contel se informó, mediante revistas extranjeras, acerca de los movimientos postimpresionista, fauvista, cubista, futurista y surrealista. Compañero generacional de Renau, Badía, Carreño, Climent, Roso, Manuela y Antonio Ballester…, tuvo en la Escuela de San Carlos el magisterio de Beltrán. Expuso en el Ateneo Mercantil de Valencia y en la Sala Blava. Formó parte de la Unión de Escritores y Artistas Proletarios (UEAP) Cofundador de la revista Nueva Cultura (1935-37) y miembro del consejo de redacción, fue encargado de su maquetación, aportando gran cantidad de dibujos y haciendo funciones de corresponsal durante su estancia parisina. Ya en sus primeras obras se advierte una clara intención renovadora y vanguardista, en las que se aprecia uno de sus permanentes intereses: el diálogo entre la masa y el vacío, el hueco y el volumen. A los veinticuatro años se trasladó a Madrid. Quien más le influyó fue Alberto Sánchez –fundador con Benjamín Palencia de la primera Escuela de Vallecas–, el cual sería su amigo y maestro. A él se debe su sintonía, tanto en la pintura como en la escultura de su primera etapa, con las formas cubistas y surrealistas, las investigaciones geométricas sobre el principio activo del hueco, la configuración del espacio mediante planos simplificados y precisos y la conformación de una obra concisa y sobria. También Ángel Ferrant le dejó huella, en lo personal y artístico. Pensionado en París, “descubrió” a Brancusi, se interesó por Rodin y Bourdelle, y conoció directamente la obra de Picasso y el cubismo de Léger y de Braque. Realizó dos esculturas con destino al Pabellón de la República Española en la Exposición Internacional de París. Tras sufrir prisión en la Cárcel Modelo de Valencia, en los primeros años de posguerra se ocupó –obligadamente– en trabajos de decoración, obras cerámicas y tallas de imaginería religiosa. Entabló una fructífera relación con los jóvenes artistas valencianos reunidos en el Grupo Z (1947-50), liderado por Manuel Gil. No formó parte de él (si bien aceptó participar en la IV y la V de sus exposiciones), pero sí lo alentaría y le prestaría su experiencia y apoyo (contactos con las salas de arte Abad y Faus), sabedor de que se trataba del enlace con la generación de la República. Fue galardonado en la primera (1951) y la segunda (1953) Exposición Bienal de Arte del Reino de Valencia. Desde 1955 se consagró intensamente a la docencia en el instituto José de Ribera de Xàtiva, del que sería catedrático de dibujo y director. En 1986 la Generalitat Valenciana publicó en dos volúmenes su libro Artistas en Valencia, 1936-1939, celebrándose seguidamente una importante retrospectiva –Pérez Contel, escultor (1987)– en el Centro Cultural de la Caja de Ahorros de Valencia. El IVAM ya mostró una reducida selección de su obra –Rafael Pérez Contel / Manolo Gil, en la colección del IVAM (2006)–, tras haber recibido como donación un valioso conjunto de su producción artística.