Page 27

Colección del IVAM. XXV Aniversario

25 A lo largo de las décadas de los 80 y 90 la normalización tuvo una aceleración creciente y generalizada. Los años 80 fue el momento en el que una estetización progresiva de la cultura motivó la pérdida de aquella carga utópica que alimentó las ideas de las décadas anteriores y su capacidad crítica. Un fuerte y generalizado individualismo ocupó los espacios simbólicos favoreciendo un receso de las ideas críticas. Se trataba de un giro importante en el proceso de transformación de la cultura moderna que por cierto se vio acompañado de un crecimiento casi hipertrofiado de la institución del arte. El circuito de museos, galerías, crítica y mercado... eran cómplices de una historia que había convertido al arte en un componente más del sistema de intercambio simbólico que caracterizaba a las sociedades postindustriales en un momento de máxima expansión. Jean Baudrillard analizaba la retroescena de este intercambio que volvía a hacer evidente el «tout devient marchandise» baudeleriano. Aquella pérdida de horizonte fue reivindicada desde discursos como el de Walter Benjamin –se habló de una «benjaminización» de la crítica– inspirador de reflexiones que como las de October y otras plataformas de pensamiento analizaban las implicaciones de lo que Craig Owens llamó “the allegorial impulse” del arte contemporáneo. Se ha hablado de un giro ético de la cultura a finales de los 90. Acontecimientos como la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989, la disolución de la Unión Soviética y el final de la Guerra Fría generó aquecrítico del Capitalismo, entendido en sentido weberiano, es decir, como sistema articulado de relaciones y determinaciones que van de lo económico a lo político, social y cultural. Freud y Marx entran en escena alimentando un complejo sistema de conceptos que tendrá un fecundo desarrollo ya a partir de los años 60. A la crítica de las formas se sumará ahora el diagnóstico de un nuevo malestar, cuyas causas serán directamente relacionadas con los nuevos procesos de normalización social y cultural dominantes en la sociedad postindustrial. Y si Adorno avanzó los primeros análisis acerca de la emergente industria cultura, será Guy Débord quien con su La société du spectacle abrirá un nuevo espacio crítico en el que pueden ya identificarse los procesos de espectacularización y nuevo fetichismo agenciados por las sociedades postindustriales. Yves Klein, Joseph Beuys, etc., desde coordenadas diferentes, trazarán un nuevo discurso, que con sus gestos e intervencionismo más directo pondrán en escena las contradicciones de un sistema que, como ya Bataille años antes había señalado, estaba construido sobre «el secuestro de la experiencia». Estas ideas viajan en nuestra exposición del XXV aniversario del IVAM a través de obras fundamentales de su Colección. Desde Dubuffet a Soulages, desde Anthony Caro a Tàpies, desde Saura a Millares, desde Gottlieb a Appel o Ad Reinhardt. Pasando por obras fundamentales del Pop como Warhol, Oldenburg, Rosenquist o Baldessari, o de la generación de los Jasper Johns, Robert Rauchenberg o Richard Serra. Y sin olvidar nombres más cercanos y no menos importantes como los de Chillida, Oteiza, Chirino y Alfaro, o los Arroyo, Equipo Crónica, Miquel Navarro y tantos otros que en el conjunto de la Colección del IVAM son ya nombres fundamentales. 5 SEAN SCULLY Passenger brown white, 1998 Óleo sobre lienzo, 203 x 190 cm


Colección del IVAM. XXV Aniversario
To see the actual publication please follow the link above