Una mañana de septiembre de 1904, en Berlín, trece caballeros pertenecientes a diferentes esferas de la sociedad se juntaron en un establo en la calle Griebenow… El profesor Stumpf era el director del Instituto de Psicología; el Dr. Heck era el director del zoo local; el señor Hahn, profesor en la escuela municipal; el doctor Miessner era veterinario; etc… A lo largo de todo el día estas personas plantearon preguntas a Hans, uno de los estudiantes más famosos de aquel tiempo… Le pidieron que resolviera multiplicaciones y divisiones y que hiciera raíces cuadradas; también se le pidió a Hans que deletreara palabras y… que discriminara entre colores o tonos e intervalos musicales. Hans respondió correctamente a la mayoría de las preguntas. Hans tenía aproximadamente 4 años. En cualquier caso, el hecho más asombroso no era su corta edad. Hans contestó a las preguntas golpeando el suelo con su pata derecha. Hans era un caballo”.
Así comienza este texto de Vinciane Despret, en el que vuelve sobre las relaciones humanos-animales a través del estudio de prácticas en el seno de la etología.
“El cuerpo de nuestros desvelos: Figuras de la antropo-zoogénesis”. En: Tecnogénesis. La construcción técnica de las ecologías humanas (vol. 1, ed. Tomás Sánchez Criado), AIBR, Madrid, 2008.