Ser y Huella

José Cosme

Exposición

La exposición incorpora la muralla como parte de la misma, la vemos iluminada por proyecciones que jalonan el recorrido y hablan sobre el génesis y la evolución hacia la redención y plenitud de la humanidad. Agrupa conceptualmente las obras expuestas en siete “Itinerarios” bajo los siguientes epígrafes de reflexión: 1-  Génesis: “en el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Y creó al hombre “In statu viae” hacía una perfección todavía por alcanzar. La proyección sobre la muralla de la mano de Dios creador nos adentra entre las nubes a una reflexión más allá de lo iconográfico, las manos de un Dios creador que a la vez evocan lo que serán las llagas de redención. Dios desde la creación asume a su criatura libre pero nunca se desentendera de ella. las llagas luminosas nos hacen pensar que son de donde emanan por amor toda la realidad y a donde el ser humano siempre puede recurrir para ser creado nuevamente. El texto, lo revelado y transmitido por la tradición es también un génesis en el conocimiento del ser humano. 2-  Pecado: “Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia”. Las obras que utilizan la manzana como signo bíblico y el evangelio como contrapunto al pecado cometido. El pecado es visto frente la realidad de la gracia que lo supera.  Un video arte ilustra la acción que introduce el mal y se multiplica en el texto de la creación. 3-  Redención: “La persona de Cristo se transforma en un bautismo permanente para la humanidad”. Las imágenes de Cristo y la Virgen se transforman en un agua redentora. 4-  Nihilismo o trascendencia: “El ser humano se pregunta si su vida y su huella tienen sentido. Pero un óleo blanco le atraviesa.” Cada uno de estos itinerarios convergen en el espacio central de la exposición donde la instalación “nihilismo o trascendencia”,  ilustra la visión del hombre y su ser histórico mediante lienzos blancos cruzados verticalmente por caminos de tela con huellas humanas y con un centro de óleo blanco. Las telas cuelgan de los cuadros, cruzan el espacio y se extienden por el suelo de forma que el público pueda interaccionar. Es una forma de evocar al espectador el sentido de ser-huella y que se identifique como parte de ese concepto de ser humano que se encuentra representado en los cuadros, una huella que puede considerarse a veces una marca de suciedad o un elemento póvera, efímero y sin sentido, pero que es cruzado por un óleo blanco que representa el sentido de Cristo, (signo visible) de redención y salvación. La instalación central compuesta por una Biblia Blanca de la que emergen telas plásticas “como un fluir de luz”. Frente a la instalación sobre el final de la muralla la proyección Camuflaje o Salvación, que cuestiona el sentido de lo que son las cosas o lo que parecen y que nos enfrenta a la realidad de la cruz en el mundo como visión que aparenta fracaso pero que en verdad es salvación. 5-  Huella y Materia: “La materia adquiere un nuevo sentido”. Las obras que trazan el dibujo con texturas de arpillera y pinturas monocromáticas, figuraciones y abstracciones del ser, arena que se transforma en cruz, y cruz que se transforma en agua,  todo forma parte de una transformación de la materia, y una visión tridimensional del ser humano. 6-  Salvación: “El Universo transcendiendo”. La cruz y el universo, muestran un Universo llamado a la Salvación, en una situación de redención todavía escondida o “camuflada” para algunos, pero presente y revelada en nuestro mundo. 7-  Participación: “La interacción del arte con la realidad es la esencia de una creación que forma parte de la vida”. El final de la exposición plantea dos resultados que deben emerger del diálogo con las obras,  de nuestra reflexión. Uno es la acción ante la vida, el otro es la mirada esperanzadora que deja nuestras dudas e incapacidades suspendidas en oraciones de fe. Dos videos muestran intervenciones históricas donde pretende acercar la propuesta artística a la realidad, la reflexión teológica queda incompleta sin una involucración personal, sin la acción. Para finalizar, dos obras aparecen intervenidas con trozos de tela blancos que representan preces, sueños u oraciones abiertas al diálogo con Dios. Una obra acoge las pequeñas telas entre las sabanas como un cielo de nubes, la otra en la imagen de la muralla de la misma sala aparecen la telas blancas como una presencia permanente ante Dios.