Desde Jaime I. Hoy

Artistas emplazados por el tiempo trancurrido desde el siglo XIII

Exposición

Jaime I se encuentra en el origen de la actual cultura valenciana y, además de la conquista de Valencia, tomó también la isla de Mallorca. Por ello tres artistas valencianos (Manolo Valdés, 1942; Miquel Navarro, 1945; José Antonio Orts, 1955) y un mallorquín (Bernardí Roig, 1965) han sido invitados a participar en una exposición de homenaje al Conquistador. Se trata de cuatro artistas cuyas maneras de hacer difieren notablemente de unos a otros y, aunque los cuatro están en la cresta de la ola, sus poéticas son difíciles de enlazar en una muestra única. Sin embargo, hemos jugado sobre una característica común, la sensorialidad mediterránea, para tramar una red de significados (¡ay de los significados, que se mueven como el viento, igualmente etéreos y volátiles que el espíritu y, por lo tanto, susceptibles de cambiar a cada paso y ante cada mirada!) que estableciese una gran alegoría de los elementos de la exposición sobre los tiempos del rey conquistador. Así, el primero de ellos se basa en el número 8, que en todos los idiomas europeos tiene una raíz semejante a la palabra “noche” (ocho/noche – acht/nacht – otto/notte – huit/nuit – eight/night – vuit/nit): son ocho los siglos transcurridos desde el nacimiento de Jaime y el ocho constituye una madeja que, invertida, simboliza el infinito y, también, señala los recorridos en círculo que el espectador debe dar para visitar la exposición; al mismo tiempo, José Antonio Orts ha puesto ocho cuartetos de artefactos en la instalación Bosc i cavil?lacions; Bernardí Roig ha colocado ocho centenares de tubos de luz y Miquel Navarro tiene ocho pares de guerreros vivos formados en fila. La alegoría se extiende también a los contenidos: los Libros de Manolo Valdés simbolizan la memoria acumulada en las letras escritas durante los ocho siglos de historia de Valencia; la Ciutat roja de Miquel Navarro las ciudades tomadas por el rey conquistador, específicamente Valencia, pero también otras, como Mallorca o Burriana; las Figuras para la batalla, también de Miquel, son directamente una alegoría de la guerra a través de los soldados formados; Bosc i cavil?lacions, Llibres-aus y Font i sèquies de José Antonio Orts quieren representar la naturaleza y los regadíos que los cristianos encontraron en las tierras conquistadas y toda la instalación de Bernardí Roig, alegoriza, de manera contradictoria, la nueva fe, representada por la luz arrojada por los tubos, y el dolor de la pérdida sentido por los antiguos habitantes islámicos de Valencia, que se concreta en cada uno de los gestos de las cinco figuras de hombres. En conjunto, con independencia de los significados que cada espectador halle en las obras de arte expuestas, creemos haber ofrecido una preciosa muestra, perfectamente conjugada y armonizada, de cuatro cumbres del actual pensamiento artístico español. Valencia, junio de 2008 Facundo Tomás Comisario de la exposición