Ursula Schulz-Dornburg

Exposición

La fotógrafa alemana Ursula Schulz-Dornburg (Berlín 1938) vive en la actualidad en Düsseldorf. Se ha dado a conocer a escala internacional por medio de una serie de exposiciones de sus obras en Europa y los EE.UU. A través de los territorios es la primera presentación extensa de su trabajo que se realiza en España. Las cinco series de fotografías que se muestran fueron realizadas entre 1980 y 2001. Una selección de fotografías de formato pequeño pertenece al contexto de un proyecto en Armenia. Los trabajos de Schulz-Dornburg muestran lugares y situaciones arquetípicas: unas cuevas excavadas en las paredes transcaucásicas por eremitas de la primera era cristiana; paradas de autobús armenias en tierra de nadie, convertidas en una suerte de extrañas arquitecturas de la espera; estaciones meteorológicas sobre témpanos de hielo a la deriva en medio del Ártico, que tienen algo de irreal, pues vistas de cerca se revelan como dioramas fotografiados; arcaicas islas de casas construidas de cañas en medio del paisaje anfibio del delta del Tigris, donde no hay más que agua, caña, cielo y horizonte, y que ya no existe en la actualidad; oscuros interiores de pequeñas ermitas de los Pirineos, cuya forma arquitectónica básica testifica su pasado árabe y por cuyas estrechas rendijas se cuela una luz que dibuja unas figuras silenciosas deambulando por el ir y venir de los días y estaciones del año. Se trata de situaciones calladas, reducidas a lo esencial, que se despliegan partiendo de un espacio central del vacío, del silencio. La obra fotográfica de Schulz-Dornburg se inscribe en una de las principales líneas de la modernidad al escenificar el espacio como proceso dinámico y, en ocasiones, dramático. Los paisajes y lugares se mantienen en un frágil equilibrio entre nacimiento y muerte; las cosas se ven a la luz de su finitud. En los relatos fotográficos de Schulz-Dornburg se superponen estructuras lineales, cíclicas y entrelazadas, con múltiples fracturas. El espacio de la imagen surge en la frontera entre el paisaje interior y el exterior, entre los objetos reales del mundo y la conciencia perceptora. Precisamente esta zona de tránsito es el lugar en el que se impone la pregunta de cómo poder sentirse en casa en un mundo en el que los puntos de referencia van diluyéndose a una velocidad vertiginosa, en un mundo donde se han impuesto las migraciones y el exilio, una nueva forma de vida nómada que no tiene igual. Haus (Casa) y Wohnen (Habitar) son el tema central de la cueva de meditación que habían excavado los eremitas transcaucásicos del mismo modo que lo son de la ermita del camino de Santiago en los Pirineos, de la casa flotante de caña trenzada en las marismas del Tigris, la tienda encima del témpano de hielo ártico o la parada de autobús en cualquier parte. Lugares y situaciones transitorias, marcados por una dinámica que suele darse cuando comienzan a interactuar realidades distintas.