Paolo Riani

Un mundo de arquitecturas

Exposición

La investigación paciente de la época de formación universitaria y sus primeros proyectos, luego la experimentación y la renuncia, siempre el riesgo, siempre un cierto desencanto, y la exploración continua –permanente- del lugar en su más amplio sentido, del lugar habitado, de las personas que lo disfrutan o lo sufren. Ése es el camino recorrido hasta llegar a “interpretar el presente para construir el futuro”, hermosa formulación que encierra de una vez la biografía del arquitecto y las herramientas de su trabajo arquitectónico. Sin renunciar a sus raíces toscanas, PAOLO RIANI ha recorrido el mundo para crear su propio “mundo de arquitecturas”, el que ahora se nos muestra. Primero en los libros y en el aula, en los museos y en las lecciones de sus maestros; después en la geografía, en las ciudades y en las tierras, pero sobre todo en sus gentes. Europa, América y Japón, Moscú y Arabia, las montañas, el mar y la arena del desierto, la piedra y el asfalto, y la gente –siempre la gente- son la materia en la que sus manos trabajan después de atraparlas con el objetivo de su cámara fotográfica. Los bocetos iniciales y las magníficas fotografías de las obras terminadas, las maquetas de trabajo y los cuadernos de dirección de obra, las fantásticas hélices de madera y la colección de pequeños aviones que mantienen siempre vivo el recuerdo de su padre, los documentos que acreditan sus logros y sus galardones, el testimonio de su compromiso constante con la arquitectura, habitan los muros de la Sala Pinazo para trasladarnos emociones y certezas de semejante intensidad. No hay un solo mundo en el imaginario de PAOLO RIANI. Hay un mundo de mundos en los que se ha adentrado desde su juventud –una juventud que alarga con comodidad y sin esfuerzo-. Y si el mundo, geográficamente hablando, no le es ajeno puesto que lo viene recorriendo desde hace mucho tiempo, tampoco le resultan extrañas otras versiones más abstractas, más poéticas, espirituales o materiales, siempre humanas. Mundos de formas, de colores, de texturas, de gustos y sabores, de sentimientos; mundos muy humanos, de personas muy humanas. José María Lozano Velasco.