La línea roja

Exposición

La historiografía del arte acostumbra a acotar las diferentes manifestaciones artísticas -y sus correspondientes desarrollos espacio-temporales- en rígidas demarcaciones que acaban dificultando el entendimiento de la verdadera dimensión y complejidad de los fenómenos artísticos de la modernidad. La presente exposición, si bien parte de uno de los artificios conceptuales de la historiografía, la abstracción, pretende sin embargo subrayar los múltiples puntos de convergencia que se produjeron (y se siguen produciendo) entre las investigaciones formales de las diversas generaciones de artistas españoles desde los años treinta del siglo XX hasta la actualidad. No es una casualidad que el propio título de la exposición, La línea roja, sea en buena medida un homenaje a uno de los clásicos de nuestra contemporaneidad cuya obra rompió todas las fronteras impuestas por la crítica a la creación artística: Antoni Tàpies. Su pintura fechada en 1963 y perteneciente a la colección del IVAM, La ligne rouge (Negre amb línia vermella) debe entenderse como un auténtico cruce de caminos en el que convergen con maestría la pulsión figurativa, la experimentación con la materia, y la quiebra de la naturaleza bidimensional de la pintura. Dentro de ese mismo espíritu trasgresor de los géneros y de revisión de los propios conceptos de la historiografía, esta muestra elude la narración de la secuencia cronológica que protagonizó el desarrollo del arte abstracto en España. En su lugar el montaje de la exposición se conforma a través de núcleos de reflexión puramente estéticos en el que se abordan asuntos como el enigma del rostro y la máscara, los desarrollos biomórficos, la revolución tipográfica, las tramas y grietas, el oro y la luz o el ensimismamiento del color en la pintura.