La fotografía en la Colección del IVAM

Exposición

La inclusión de la Fotografía en las colecciones del IVAM está completamente unida a la idea motriz de su proyecto inicial, aportando una realidad que no era tratada en España hasta ese momento con normalidad, ya que, tanto el descubrimiento, como el desarrollo de su utilización, han estado completamente ligados a la evolución del Arte Moderno y era necesario incluir esta disciplina artística, no solo en la colección, sino en cada una de las actividades del IVAM con el mismo nivel que el dibujo, la escultura o la pintura, para reconociendo su importancia, ir demostrando las verdaderas bases historiográficas del Arte Moderno. Una herramienta que con su avance tecnológico nos ha llevado en la actualidad al desarrollo de los multimedia, con sus autopistas de la información y aporta un ejercicio masivo y democrático de creación, gracias a su utilización con un marcado carácter social y reivindicativo. Esta acertada decisión pretendía zanjar definitivamente una inútil polémica, basada únicamente en el hecho de que al utilizar esta nueva herramienta del lenguaje, sus resultados no eran dignos de ser tratados como obras de arte. Una polémica que ya estaba superada en otros numerosos países y que en España, a pesar de contar con autores reconocidos internacionalmente y de realizarse diferentes festivales y congresos, aún perduraba en los circuitos museísticos en general. La colección fotográfica del IVAM se inicia con el mismo espíritu de la colección principal, que sigue un criterio fundamentalmente histórico, orientado a expresar y subrayar las características del arte moderno y contemporáneo, así como las aportaciones específicas de su desarrollo en la situación cultural española y muy concretamente la valenciana al estar vertebrada por las esculturas de Julio González que aporta la utilización del vacío y el ensamblaje de piezas en la composición escultórica. Este cambio en el lenguaje artístico es el eje principal que dirige la selección de autores que utilizan la fotografía como una forma de expresión artística, en paralelo con los artistas que conformaron los movimientos históricos de los años treinta del siglo XX, y de los que surgieron posteriormente como el Informalismo y el Por Art. Movimientos que son tratados con gran interés en la Colección del IVAM. La fotografía, el fotomontaje y el diseño gráfico, son integrados totalmente, tanto en la Colección como en las exposiciones temporales que se van presentando, situándolos en el lugar que les corresponde en la Historia del Arte. Obras que son realizadas por las figuras más emblemáticas de las vanguardias artísticas y de una serie de autores muy poco estudiados, que dotan a esta colección de un carácter diferente y exclusivo y que son de una gran ayuda para comprender la situación actual del arte contemporáneo. Autores situados desde el inicio de la modernidad, alargando el periodo de actuación, sobre aquellos autores que tienen una conexión directa con el concepto principal de la colección, basado en el cambio profundo que aportan, en la búsqueda de la forma, conjuntamente con el compromiso que mantienen, frente a los acontecimientos que se desarrollan en la sociedad en la que viven. Debido a las escasas colecciones fotográficas que existían en España en el inicio de las colecciones del IVAM y gracias la colección de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, que fue depositada en el IVAM y que cuenta con piezas históricas de alguno de los grandes pioneros en la utilización de la escritura de la luz, se decidió alargar el periodo de actuación de la Colección de Fotografía desde los orígenes hasta nuestros días, con autores tanto españoles como internacionales. Así, la Colección de Fotografía del IVAM presenta una particular revisión de la Historia de la Fotografía, a partir de los pioneros que supieron diferenciar la experimentación estrictamente técnica, aportando a sus obras un marcado carácter artístico, la obra de los principales innovadores que desarrollaron su trabajo entre las dos grandes guerras mundiales, hasta los autores europeos, españoles y especialmente valencianos, que no poseen las colecciones dominantes en Estados Unidos y que han predominado como base en las escasas publicaciones históricas editadas hasta aquel momento. Obras de gran importancia y a las que, a diferencia de pinturas o esculturas realizadas por los grandes maestros, se podían adquirir e incluso en algunos casos, aun se tiene acceso en la actualidad, aunque actualmente el mercado del arte ha sobrepasado con creces las expectativas sobre las obras realizadas en soporte fotográfico y esta lográndose una valoración excesiva sobre determinados autores que están de moda, olvidándose de los principales interpretes de la Historia. La colección de Fotografía del IVAM pretende potenciar la eliminación de dos supuestos que han marcado la evolución de la fotografía. El primero, sobre la falsa atribución de que los resultados de esta herramienta son fruto exclusivamente de la técnica y representan fielmente la realidad y el segundo – que una vez superado el primero -, aparece para valorar solo los méritos de aquellas fotografías realizadas por artistas, con geniales manipulaciones que las convierten en objetos únicos, en contra de las infinitas copias que la fotografía puede aportar, la más importante de sus características específicas, que inició una nueva revolución tecnológica, como imagen democratizadora de la sociedad. Por estas razones, en este conjunto de imágenes, podemos estudiar algunas de las obras de los grandes maestros que han ido conformando la Historia de la Fotografía, pero es a partir de la obra de Robert Frank y de Gabriel Cualladó, cuando las fotografías se adaptan perfectamente a los planteamientos teóricos de la colección del IVAM, encontrando una amplia representación de obras, de aquellos autores, que utilizando la herramienta de la “escritura de la luz”, coinciden plenamente con el objetivo conceptual de la colección. También en plena coincidencia con la idea motriz de la Colección nos encontramos con una importante selección de fotomontajes, que se inicia con la totalidad de los realizados por John Heartfield para la revista AIZ, en el periodo de la vanguardia clásica, recuperando las revistas de época como verdaderos originales, ya que así lo entendían los propios autores, que estaban en contra de la figura del artista y su arte era dirigido principalmente hacia los ciudadanos, con una gran carga revolucionaria. Esta línea de la colección se complementa con el importante depósito de la obra del fotomontador valenciano Josep Renau, que aportó la inclusión del color en el fotomontaje político, enlazando directamente con la idea de montaje y apropiación de imágenes, de los artistas pop que aparecen en los años sesenta, en el momento en que el arte no figurativo entró en crisis y la relación de arte y sociedad era totalmente ambigua, coexistiendo posiciones más o menos sutiles en ambas direcciones. Sin restricción por las técnicas utilizadas, podemos ver en esta exposición, las posibilidades que ofrece el fotomontaje en todas sus vertientes. Desde las primeras utilizaciones por los primeros fotógrafos que intentaban simular una acción realista, a las diferentes experimentaciones que se originaron en la época de la Vanguardias Históricas, dejando al descubierto la fuerza comunicativa del fotomontaje. A partir de los años 20, el collage cubista y el fotomontaje tuvieron una especial incidencia entre los constructivistas y los dadaístas, utilizándose por estos últimos como instrumento de acción política y crítica social debido a la fuerza e impacto visual resultantes de esta singular relación libre, de fragmentos de la realidad. Unas ideas que evolucionaron conjuntamente con el uso de la fotografía, las nuevas tipografías y los procedimientos de reproducción gráfica, que ofrecieron mucha más precisión al lenguaje del fotomontaje y permitieron su difusión masiva, marcando su continuidad en la obra de artistas de generaciones posteriores, que también están presentes en esta colección. La selección que ahora presentamos esta formada por 500 obras, de los 230 autores más representativos que conforman la colección. Está realizada a partir de las donaciones recibidas por particulares o por los propios artistas, de una selección de los importantes depósitos de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, la Fundación Josep Renau, la Colección Gabriel Cualladó, la Colección Ordóñez-Falcón y de la Colección Gandia i la Safor. Els paisatges de Joanot Martorell, compartida con el Ayuntamiento de Gandía, pero sobre todo por las periódicas adquisiciones llevadas a cabo desde el inicio del proyecto del IVAM.