José Cedón

Miedo en grandes lagos

Exposición

El olor de un hospital psiquiátrico es penetrante: se adhiere a la ropa, a la piel, e incluso se infiltra a través de los poros para adentrarse en los órganos más íntimos de una persona. Cuando este hedor proviene de un hospital psiquiátrico situado en la República Democrática de Congo, Burundi o Ruanda, se hace todavía más fuerte. La pestilencia en estos casos está mezclada con terribles sucesos -algunos de los más brutales de la historia moderna- y por ello se arraiga con más consistencia y firmeza. En los hospitales se pueden encontrar antiguos soldados y rebeldes, y hombres, mujeres y niños víctimas de la guerra. Por ello elegí estos centros para llevar a cabo un trabajo fotográfico: como metáfora de la locura colectiva que ha asolado a esta región durante las últimas décadas, reflejada en los ojos de los pacientes.