Ignacio Pinazo

Colecciones en diálogo

Exposición

La muestra que ahora se exhibe en el IVAM y el Museo de Bellas Artes de Valencia busca establecer un diálogo o secuencia entre las obras del maestro valenciano que guardan sus colecciones. La colección de Pinazo del Museo de Bellas Artes de Valencia es ejemplar como fruto de la generosidad ciudadana. Integrada principalmente por una serie de piezas selectas que fueron donadas a la Academia por los hijos del artista José Pinazo Martínez e Ignacio Pinazo Martínez; a esta decisiva selección hay que añadir las generosas donaciones particulares al Museo de Bellas Artes y a la Academia de San Carlos. La colección del IVAM fue adquirida a sus descendientes y completada con donaciones de la familia Casar Pinazo. De este modo Pinazo pasa a convertirse en uno de los pilares de la colección permanente, al igual que sucede con Julio González. No puede discutirse el hecho de que incluir a Pinazo en este contexto era arriesgado, pero en buena medida justificable si se tiene en cuanta a Pinazo como núcleo de la modernidad valenciana, aunque su modernidad se agote con él mismo. Desde el 2001 se  viene publicando de manera sistemática una serie de  trabajos sobre Pinazo que han permitido analizar más profundamente su obra, a la vez que localizar y dar conocer un considerable número de relevantes pinturas que estaban en paradero desconocido. Sin embargo, en contra de lo que cabría pensar, todavía es mucho lo que queda por estudiar y catalogar de este gran artista; este precisamente es el objetivo de la Cátedra Pinazo que al Universitat de València creó en 2010 con el apoyo del IVAM, y en esta línea se inscribe la exposición actual, propuesta por los dos museos, que ha permitido rescatar obras de los fondos, poco o nada vistas, y mostrarlas en otro contexto. Por otro lado, en 2012 se cumple el centenario de la concesión de la Medalla de Honor en la Exposición Nacional, evento que puede parecer hoy de poca relevancia, pero que desde luego sí la tenía en su momento; no hay nada más que consultar la amplia documentación que sale a la luz al respecto, en este catálogo, donde se cuenta con un capítulo dedicado a la recopilación crítica de ese premio. En la muestra se presenta también una importante serie de pinturas y dibujos realizados en torno a 1912. Dada la naturaleza de los fondos de ambos museos se ha atendido a su producción de retratos y paisajes: los retratos y figuras se exponen en el IVAM y los paisajes y naturalezas muertas junto a algún otro retrato ambientado al aire libre en el Museo de Bellas Artes. Pinazo fue un extraordinario retratista, siendo reconocido como uno de los maestros del género por los críticos de su época; de hecho, las primeras medallas que consiguió en los certámenes nacionales se las proporcionaron sus retratos. Pero no es menos cierto que su aportación al paisaje fue también decisiva, y que es en esta modalidad donde hoy se puede hacer más evidente, o fácilmente perceptible para algunos, la modernidad y coherencia de su pintura. Las pinturas del primer período del artista de esta selección son precisamente retratos de personas de su entorno. Pinazo convirtió a su familia y amigos en modelos recurrentes y fuente inagotable de inspiración. La atención a la vida social, festiva y popular comienza a cobrar relevancia en los apuntes y crónicas de Roma aunque luego se amplifica en Valencia y Godella. Ya en los inicios, Valencia le había suministrado inspiración como bien puede apreciarse en una serie de cuadritos realizados sobre procesiones y tracas que ahora pueden ser apreciados en esta muestra de manera conjunta.