Arte Indígena Contemporáneo en Australia. Colección Sordello Missana

Exposición

Menos del 3% de los australianos son Indígenas. De ellos, en torno al 80% viven en áreas urbanas y el 20% restante en una zona escasamente poblada y apartada de Australia, en su tierra natal o cerca de ella. La mayor parte del arte Indígena se produce en esa Australia remota y forma parte de una vibrante cultura híbrida que combina tradiciones Indígenas y occidentales. Los artistas Indígenas australianos experimentaron su mayor avance en las décadas de los años ochenta y noventa, cuando las pinturas acrílicas sobre lienzo de las comunidades del Western Desert atrajeron la atención del mundo del arte y, poco después, de un lucrativo mercado. Esta exposición se nutre fundamentalmente de una colección privada de pintura Western Desert reunida en su mayor parte durante los últimos cinco años, que han sido testigos de la consolidación del movimiento artístico y de la seguridad de sus creadores en lo que a su condición de artistas profesionales se refiere. Estos apartados asentamientos que salpican el Western Desert suelen consistir en varios cientos de habitantes estrechamente relacionados. En comparación con otros centros urbanos de Australia, tienen la mayor proporción de indígenas australianos y de nativos australianos, de mujeres, nacimientos, gente joven, desempleo, funerales y enfermedades crónicas como la diabetes y el glaucoma, y la proporción más baja de uso doméstico del ordenador. Los teléfonos móviles, no obstante, son endémicos. Asimismo, cuentan con el mayor número de centros culturales y de arte por habitante, y tienen el mayor número de artistas profesionales per cápita del mundo. El arte Indígena remoto se practica fundamentalmente bajo los auspicios de veteranos representantes de la ley, que tienen un profundo conocimiento de las tradiciones Indígenas. Aunque están plenamente inmersos en su cultura y responsabilidades, muchos de estos artistas conocen el arte contemporáneo occidental a través de libros, visitas a museos de arte y sus contactos con artistas occidentales y el mundo del arte en general. Sin embargo, su arte es ante todo una afirmación de los valores Indígenas. Puede desprender la energía formal del arte contemporáneo occidental y plasmar las inquietudes del mundo del arte occidental en torno a la identidad, el lugar y el lenguaje en el mundo actual –por esto es precisamente arte contemporáneo–, pero imperan sus propios criterios a pesar de que realicen colaboraciones y talleres con artistas occidentales. La exposición también incluye la obra de dos artistas Indígenas de extracción urbana. A diferencia de los artistas que viven en comunidades apartadas, muchos creadores urbanos han recibido una educación universitaria en escuelas de arte y se identifican con el discurso imperante en el mundo del arte. Si bien el arte Indígena urbano refleja las tradiciones occidentales que se enseñan en las universidades australianas, siempre mantiene sus lazos con las perspectivas Indígenas presentes en las historias de colonización y globalización –algo que también hacen buena parte de los australianos no-Indígenas–. El éxito que ha cosechado el arte Indígena, tanto el realizado por artistas que viven en ciudades como el procedente de las comunidades desérticas, y su vigencia como subculturas dentro del arte contemporáneo dominante son un elocuente barómetro del mundo cambiante en el que vivimos.