Presentación del libro “Crónicas de Bolsillo” de Carlos Maiques

OtrosIVAM Centre Julio González

Carlos Maiques (Valencia, 1971) Es licenciado en Bellas Artes y ha sido becario Erasmus en Southampton. Premio INJUVE 1999. Premio Fundación Divina Pastora 2015. Ha publicado en diversas editoriales nacionales e internacionales, como Sins Entido, De Ponent, Tusquets y Steinkis. Ha expuesto, entre otros espacios, en Galería Luis Adelantado o Centro Centro, En breve inaugurará en Espai Visor. Colabora con la asociación cultural Plutón.

Presentación de Anja Krakowski

Carlos y yo nos conocemos desde hace muchos años y nos conocimos por una casualidad, por un malentendido. Desde entonces las casualidades y las extrañas coincidencias, además de divertirnos, son parte de lo  que nos ha ido uniendo a lo largo del tiempo. Aunque Carlos va sobrado de hermanos estupendos, para mi, además de mejor amigo es mi familia.

De ahí que, más que escribir una introducción, me nace darle las gracias por ser de esas pocas personas que, andando siempre liadas, sin embargo, sabe arreglárselas para estar siempre allí.

Carlos siempre está donde se le necesita (para charlar, para levantar los ánimos, para mudarse de casa) pero al mismo tiempo parece estar en todas partes –a veces distante y a veces muy presente. Aparentemente a Carlos siempre le sobra tiempo, de la misma manera que le sobra talento. Pero sé que eso no es del todo así, porque aquello que parece provenir del exceso y de la facilidad tiene que ver con el sacrificio, con el trabajo duro y con tener muy claro las prioridades de la vida.

Y desde esta gratitud y desde la admiración (y sospecho que no soy la única que la deba sentir) nació el Proyecto SWAP que organicé hace un poco más de un año, cuando pensé que no estaría demás reflexionar sobre aquella de las muchas facetas de Carlos Maiques que quizás sea la más conocida y popular (pero no menos enigmática) de regalar tiempo y atención a través de pequeños dibujos, a veces con ánimos de entablar una conversación con conocidos o desconocidos, para acercarse o para mantener las distancias (aunque el verdadero motivo siempre será su propio secreto).

Y extendiendo la reflexión a un plano más práctico y tangible, y queriendo involucrar a más gente y facilitar los encuentros y reencuentros, le propuse intentar volver a reunir el mayor número de dibujos diseminados con paradero desconocido, para que la gente tuviera la ocasión de intercambiar y compartir aquellos pequeños fragmentos de instantes donados en otro tiempo.

A su vez, el hecho de reunir todos estos dibujos narraría en forma de crónica discontinua las historias vividas de gente unida por medio de finos trazados sobre unos papeles que guardan ciertas similitudes, pero que también reflejan momentos y recuerdos tan singulares como especiales para los que se ven retratados en ellos.

La convocatoria fue muy concurrida y sus resultados se reflejan en esta publicación, en la buena acogida por los participantes en la convocatoria, la alegría de reunirse y más importante para mi, en la emoción de Carlos (quien hasta el final, en realidad hasta ahora mismo, guarda cierta reticencia con respecto a mi cometido).