Performance “Sic transeamus per bona temporalia” de Llorenç Barber

MúsicaIVAM Centre Julio González

Notas para una intervención en la explanada y pórtico del IVAM

de Llorenç Barber

TITULO: “SIC TRANSEAMUS PER BONA TEMPORALIA….”

 Un sonido es un lugar, una atmósfera, un aire y un cúmulo de densidades en expansión. La escucha es entrar en lo indecible.

Al escuchar, los pies pueden detenerse, pero  la cabeza, la oreja, la emoción,  no cesan.

Escuchar no es un acto ‘sólido’, sino un fluir entre líquido y gaseoso. Es el inestable locus dónde suspendemos toda soledad, identidad y estolidez. Escuchar es, pues,  un arte mutante, puede que transmutador. Solo es paralizante cuando momentáneamente  recurrimos al inexcusable  truco fisiológico que exige una escucha profunda y atenta.

Cuando la escucha es plena,  no hay géneros, ni castas, ni jerarquías,  hay tan sólo una fluida contaminación de indecibles que rozan las memorias, los deseos y los inusitados campos de lo perceptivo, y puede que también de la voluntad.

Es la de hoy una intervención que se quiere reflexión, estímulo y metáfora de un tránsito muy deseado: el de un IVAM que entra en giro, de ahí que recurramos para escenificarla al rico movimiento relativo de una móvil  fuente sonora con respecto al oidor, es eso que llamamos ‘efecto doppler’ y que  produce un sutil o evidente desvío, desplazamiento o desliz de un color o sonido, y que es un corrimiento de la altura del son. Los músicos hablamos de ‘glissandi’.

Fenómeno aural éste que se quiere hoy, símbolo y distinción, y que tiene la voluntad explícita de celebrar un ‘sic transeamus’ que muchos queremos augurio de más definitivos  ‘bona temporalia’.

La canyada, otoño 2014

Llorenç Barber

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