Miquel Navarro en la Colección del IVAM

Exposición

Desde 1973 el artista valenciano, con sus inconfundibles ciudades o “agrupamientos”, construye un prototipo de instalación de carácter escultórico que integra conjuntos de pequeñas piezas configuradas a modo de estructuras y construcciones diversas que van de lo rural a lo urbano y de lo medioambiental a lo industrial. A partir de esa época, Miquel Navarro ha venido creando una obra en la que las estructuras constructivas y las configuraciones espaciales y ambientales expresan metáforas sobre el tiempo y el espacio con un valor universal que le ha valido un amplio reconocimiento en el ámbito artístico internacional. La colección permanente del IVAM, debido a la donación que realizó Miquel Navarro en el año 2005, cuenta con más de quinientas obras, entre pinturas, esculturas, dibujos e instalaciones, a través de las cuales se pueden estudiar, de manera pormenorizada, las distintas etapas creativas por las que ha pasado el artista hasta la actualidad. Teniendo en cuenta que el IVAM se ha convertido en el centro de referencia para la investigación de la obra de este creador, hemos creído oportuno dedicar la Galería 1 para exponer permanentemente una amplia selección de estos fondos artísticos fechada entre 1964 y 2004. En este espacio artístico se pueden encontrar sus tempranos dibujos y pinturas, esculturas de pequeño y gran formato y cuatro de sus instalaciones en las que el artista interpreta  el tema de la ciudad. Esta muestra subraya aquellos ámbitos de investigación que mejor definen el trabajo de Miquel Navarro durante más de cuarenta años: el cuerpo humano y su relación con la arquitectura, el deseo como motor de la creatividad y la construcción de la ciudad. Significativo es el conjunto de sus tempranas pinturas al acrílico de intensa y contrastada coloración. Sus volcanes en erupción, sus maremotos y terremotos, así como sus espirales, pliegues y primeras tipologías urbanas, que nos muestran a un joven artista fascinado por la energía y el movimiento, por las leyes ocultas que rigen el fluir de la naturaleza y de nuestras ciudades. Destacan también en esta exposición sus acuarelas sobre papel y las diversas esculturas utilizadas para hacer ciudades o proyectos monumentales a través de formas elementales y modulares. Esculturas de cerámica refractaria, hierro, terracota, zinc, aluminio o cobre de diferentes tamaños exhiben y contrastan los matices sutiles de sus accidentes de fabricación, sus pátinas y texturas. En la estatuaria de Navarro asistimos a una auténtica simbiosis del cuerpo con la arquitectura. Los guerreros, simbolos fálicos y totems se transforman en puentes, y fuentes. Los edificios, como las ciudades, tienen similitudes orgánicas con el cuerpo humano.  Sus inconfundibles agrupamientos urbanos constituyen el prototipo de instalación más complejo y característico de su obra y por eso ocupan los espacios más destacados del recorrido expositivo. En ellos advertimos una especie de cubismo cronológico donde la antigüedad y la modernidad se funden gracias a la presencia de edificios, industrias, naturaleza… con el fin de crear amalgamas entre el presente y el futuro. En definitiva, un polivalente paisaje expositivo que nos acerca al lado más poético de la obra de Miquel Navarro a quien podemos sentir con rotundidad en cada una de sus creaciones.