La Segunda Guerra Mundial significó un final de época y abrió un tiempo de silencio y nuevos lenguajes que, tras el final de las Vanguardias, comenzarán a aparecer en el nuevo escenario del arte. Ya a mediados de los 50 podemos identificar las nuevas propuestas que en términos descriptivos pasan por el Informalismo europeo y el Expresionismo abstracto americano. Figuras como Dubuffet, Fautrier, Burri o Tàpies, de un lado, como las de Arshile Gorky, Jackson Pollock, Franz Kline, Barnett Newman, de otro, representaban ya la transformación que se estaba produciendo en las artes. Tanto en el Informalismo europeo como en el Expresionismo abstracto americano podemos observar un regreso a la materia, una negación del primado de la forma y un elemento gestual que resuelve la relación con el espacio. En torno al Gran díptic roig i negre de Antoni Tàpies y el Lake Ontario Flats de Anthony Caro, podemos descubrir obras de Pierre Soulages, Asger Jorn, Karel Appel, o André Masson entre otros. Y junto a ellos las de Antonio Saura, Manuel Millares que en los años 50 inician un proceso de innovación artística dentro del grupo El Paso, experiencia decisiva para el arte español de aquellos años. Similares innovaciones se producen en el campo de la escultura con nombres como Eduardo Chillida, Martín Chirino y Alfaro. J.F. 207
Colección del IVAM. XXV Aniversario
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